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Permítanme, lectores, obviar la opinión editorial, y sustituirla por estos versos («pobre cuna», diría Ricardo Palma), bastante frescos y, por lo tanto, algo descarados. Puse una idea violenta en la paz de un jardín latente (Será para ti, América Latina, que conquistas tu futuro mientras caminas por viejas rutas. Ya volveré.) Año que anuncia vientos nuevos —ojalá que propicios para nuestra América—, Ciberayllu empieza el 2006 con la siguiente oferta. Tres escritos que aparecen en la sección de comentarios son prólogos a sendos libros recientemente aparecidos. Del lado de la historia, Carlos Aguirre comparte su extenso prólogo al libro de Marcel Velázquez sobre la prosapia del racismo en la historia colonial y decimonónica del Perú. En el campo literario, presentamos el prólogo de Rodrigo Quijano a la reciente antología personal del escritor Isaac Goldemberg, editada por el Congreso de la República del Perú. Y cerramos enero con la introducción que Edgar Montiel ha incluido en su libro acerca de gobernabilidad. La poesía vino de la pluma de Salomón Valderrama que, incansable en sus exploraciones de la palabra, entrega esta vez unos versos inspirados en Claudio Alaya, el joven protagonista de la novela País de Jauja, de Edgardo Rivera Martínez. Giovanna Rivero Santa Cruz, connotada y fidelísima colaboradora boliviana, abrió los campos de la narración con un cuento en el que dos mujeres distintas de lechos vecinos conversan de cosas inalcanzables (con una fotografía de Kathy Leonard). Luego, Ernesto Escobar Ulloa, narrador peruano y promotor literario en Barcelona, escribe una historia, esta vez sobre dos hombres, vecinos de dormitorio, que conversan, también sobre cosas inasibles. Y luego, Harol Gastelú debuta en Ciberayllu con un cuento inspirado en un asesinato político de estudiantes en los años 90. Saludos, Domingo
Martínez Castilla, Kuraka editor de Ciberayllu © 2006, Ciberayllu, Domingo Martínez Castilla. Todos los derechos reservados. Para citar este documento: |
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