A Patricia Martínez,
salvadoreña en Nueva York
1
esde los lejanos horizontes los nevados presagiaban
su terca manera de vivir bajo los cielos
Eran arduos los trabajos que el tiempo imponía
Y las plantas crecían entre manos laboriosas y ojos bondadosos
Nuestros antepasados nacieron de la tierra y el follaje
como si sólo importara nacer para vivir entre canciones
Nuestros caminos eran los surcos y los arco iris
antes de que mis ojos encontraran tu mirada
Y el universo cambiara sus colores para retratarte inmensa
ante mis manos sorprendidas
Eres el tiempo que ha nacido para dominar los otros tiempos
Y una serena caminata bajo todos los torrentes
dibuja tu manera sencilla de andar sobre la vida
Realmente no hay palabras para cantar el mundo
que inauguras con tu voz y tu cuerpo repentinos
No al miedo amor no al silencio que estremece cuando llega
la noche y las calles se pueblan de nostalgias
Aquellas diminutas soledades somos nosotros bajo el universo
Y aun así somos capaces de asaltar los cielos y las enredaderas
Listos para romper los silencios y las lastimaduras
que violentan nuestros sueños
Mira amor no tengo casi palabras para nombrar
las barreras temerosas
Pero sí para pronunciar tu nombre letra a letra y beso a beso
Porque contigo soy la tierra y la greda y el adobe infinitos
Porque no hay más mundo que éste ni mayor realidad
que la que nos palpa los bolsillos y los corazones
Por eso amor confío en ti y pinto tus labios en mis manos
Y te invento en estas palabras tan sencillas y solas
como mis propias estaciones.
2
Era un universo de hombres obstinados que se inventaban bajo el sol
Era un mundo de luchas y batallas que sólo el tiempo
era capaz de comprender bajo el esfuerzo colectivo
Pero negras mudanzas impusieron su ropaje sangriento
y nos dejaron este mundo para cambiarle los colores
Somos vientos y rocas y aceros que construyen sus abrazos
Por eso amor se agigantan las tareas cuando la noche
se acerca tanto a nuestro lecho
Y los niños y los solitarios del mundo blanden sus figuras
inocentes castigadas por los años que jamás elegimos
El tiempo que nos pertenece debe ser nuestro realmente
Como son nuestros el aire que aspiramos y la luz
con que te miro
Por eso amor hay un mundo nuestro junto al otro mundo
que construiremos con nuestras palabras y emociones
Por eso te escribo desde el pecho abierto que te espera
Y repito tu nombre en los estadios en las calles en el trabajo
y en todos los sueños que pueblan mis caminos
Porque los valles de la memoria son formas de la ausencia
cuando tu voz ha dejado de decir mi nombre
Porque el tiempo y la distancia marcarán inevitablemente
las rutas que estremecen nuestra edad
Porque tengo entre tus manos un mundo pequeño
que son tesoros del mar o misterios bajo la garúa
Ahora llueve entre mis venas como si los cielos hubieran
impuesto una necesidad mayor y perentoria
La necesidad de tenerte y adorarte la necesidad de ser parte de ti
y ser tu cuerpo y tu alma y tu respiración que es mía
La conquista del tiempo es el destino de los hombres
Una luz una mirada tan sólo un susurro cerca del oído
Los pueblos blanden su futuro aunque demoren el intento
Nada es sencillo y nada es imposible amor eso lo sabemos
desde el nacimiento prematuro o demorado
Aquí las edades y aquí tu mirada en este pecho de estrellas
y de vientos que comparte tu propio sentimiento.
3
No puedo decirte sino que imaginé una fuente magnífica
de soles incendiándose en el horizonte
mientras tus manos tocaban los cielos
Una fruta silenciosa y tímida escondida bajo las luces
de los astros que corrían a tus dedos suaves
como un manto de garúa tibia
Sí he imaginado sólo aves furibundas y estrellas oscuras
nadando entre ríos universales y volcanes bellos
Y he visto náufragos y solitarios en todos los desiertos
de los bosques y también sombras vivas que galopaban
como águilas marinas y delfines acosados
Y una mano ha venido a mí semejante a las mareas de arena
que las fiebres levantaban en la infancia
Las lunas del mar arrimaban sus vientres suaves a la orilla
de los sueños y no sabía si despertar o abandonarme
Entonces vi tu rostro amor y desperté de los altos mundos
de las sombras como un niño que baja a la carrera
por las dunas de todas las resbaladeras
Y he nacido nuevamente y he arribado otra vez con tanta luz
como dudas porque los caminos del mundo son veletas
que los vientos arrebatan
Y he conocido la suavidad de tus labios aunque la noche fría
haya clavado segundos y no horas a los universos
que nos pertenecen
Y tus brazos han recibido mi cuerpo enfebrecido
mientras la distancia semejaba una montaña despierta
En tu cuello amor me he sumergido tranquilo y soñador
para imaginar todas las palabras que ahora digo
Y también tu rostro y tu piel enceguecidos y tu mirada
increíble y todo el cosmos que de ti respira y domina
Todas las palabras reunidas todos los universos juntos
y limpios como árboles de vida
Dime amor adónde más tantas palabras adónde las fronteras
que nacen de tus manos y llegan a las mías
como pétalos de luz
Todos los caminos del mundo nos esperan todas las mitades
que repartimos entre cánticos de solidaridad
y esperanza alimentados por el fuego
Ahora me sumerjo entre tus ojos o las mieles del campo
para sentir los vientos de la noche cuando las calles
imponen su reinado
Y sólo soy un pasajero de la noche un viajero de las sombras
o un hombre extraviado entre tantos sueños
que guardo en los bolsillos
Y aunque la tristeza sea un fardo importa más seguir
arremetiendo en los caminos que todas las edades
nos inventan
Y es necesario danzar bajo la lluvia y sentir los ojos húmedos
de sus manos fulgurantes
Y es mejor sentir el viento contra el pecho erguido
por las furias del verano
Y continuar como al principio del mundo cuando era nuestro
el universo y las palabras enrumbaban lejos del silencio
Sólo este mundo amor sólo las palabras y mi nombre
para tu mirada infinita.
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