[Ciberayllu]
26 febrero 2005

Tres poemas

Rocío Uchofen

 

Noticia

Un hombre ha muerto en la ciudad,
su sangre
quedó en el pavimento como muestra y
advertencia,
aquella mancha salvaje
que se difumina en el asfalto,
es sólo un recuerdo para
aquellos que
rodearon los últimos segundos vivos
de aquel cuerpo maltratado.
En muy poco tiempo olvidarán el hecho,
y solamente quedarán las huellas
de los crisantemos marchitos,
o las letras de un papel que no tienen voz,
ni sentimientos.
Un hombre dejó de mirar con los ojos,
y se abandonó en un silencio oscuro, mientras
tenía enfrente al firmamento
y ese color grisáceo de la ciudad que lo tragaba,
o el dolor de vísceras reventadas,
de asfalto contra el cerebro,
contra las ganas.
Su cuerpo dejó de ser el cuerpo y
se volvió algún derivado del carbono,
materia en estado coloidal,
agua,
petróleo del futuro quizás.
Ya no más logos, no más,
ya no más sueños.


Espacio y tiempos

a M. K.                      

¿Adónde van los muertos cuando los olvidamos?
¿Cuándo caen inefables de nuestro recuerdo,
como leves hojas secas que abandonan la memoria?
¿A dónde van cuando la trama
recrea mil y un nuevos caminos,
para los que quedamos en la vida,
para los que al cerrar los ojos en la noche,
los desconocemos?
¿A dónde va el humo cadencioso de sus vivencias,
cuando la marea deja otras aguas a los pies de los amigos?
¿En qué lugar desierto descansa el alma?
¿En qué lugar quedan los restos,
las imágenes plasmadas en miles de neuronas,
el aroma del momento, del suspiro, del silencio que ya fue?
¿A dónde van los muertos cuando el tiempo y la distancia
los envuelven en un remolino ansioso,
de páginas calendarias, de años nuevos y viejos?
¿Adónde van?
¿Adónde iremos?

¿Adónde fuiste tú?
¿En qué momento tu sonrisa se fundió entre angustias,
en los mares de palabras y de versos,
para no volver al centro de las lágrimas,
para no salir al paso ante el silencio,
para llorar tu soledad en las tinieblas del adiós?
Y luego aquel encuentro...
¿En qué instante de descuadre irrumpiste en los canales
inusuales: Tiempo/espacio, espacio/encuentro, irreal/real,
fáctico/ fantástico? ¿En qué momento?
Tú saliste de la cámara del sueño.
Música algorítmica de Bach
y silencios.
Para romper los velos,
la suave caricia de la irrealidad,
colores fácticos, y
un mar de tesis del realismo maravilloso,
en pleno centro de Times Square,
descuadrado y virginal en la gran caja de música.
Luego avistar molinos de viento en las ventanas,  para negarlos
por miedo a la sanción social,
y nuevamente refugiarse en la
repetición de textos y clases magistrales,
o la génesis lúdica de los cuentos,
o las historias sin final común,
o la paporreta teórica y fenomenal,
o las leyendas...
¿En qué momento irrumpieron nuestros sueños,
para apoderarse de las horas del reloj?
Para soltarlas luego, crudamente y en silencio.

Para luego volver simplemente a su lugar.


La noche existe para encontrarse con los muertos,
para calmar las ansias locas de nostalgias,

o las falacias terribles que nacen en los sueños.
En la penumbra insistente llena de cuadernos,
relojes en doce, libros, polvo de olvido;
pervive la delicadeza solitaria
de una sonrisa sin fin, escondida
en el centro oscuro, camaleónico,
de un significado antiguo.
La noche existe para los silencios,
amagos y presagios
de una vida ulterior,
deja vu,
escenas perdidas en algún lugar del momento,
ruedas dentadas que alimentan
la intrínseca energía
del porqué.
La noche existe como calvario,
como juntura mística de acordes terrenales,
como escena intranquila,
como desorden elemental,
como quimera.

* * *


© 2005, Rocío Uchofen
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Para citar este documento:
Uchofen, Rocío: «Tres poemas», en Ciberayllu [en línea]

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