Domingo
ya no te extraño
ya no
allá en Perú eras maicito de trueque
aquí
cómplice que auspicia misas mientras voy asolando
¿Por qué domingo
permites que la sombra se hunda en mis costillas
y la ubre destile jirones?
¿Por qué domingo
permites que mi respiro sea utópico
parturiento
verbo de humo bajo lluvias adeudadas?
Domingo
mejor fumemos mi ceniza y su nervio latente
ya no seas más zumo de fresca cebolla
ya no dejes que mi zapato intuya diplomáticos sepelios
ya no dejes que odie de antemano al orador y al lustrabotas
Cansado estoy
domingo
ni a ti importarle tan siquiera
con tu olorcito a sahumerio y arrocito macollado
aún así me adelanto al homicidio heredado
despacito
así
prefiero suicidio tortuga
tortuga coja y procesionando
¿entiendes?
Cuánto te extraño maldito domingo
y de trueque
y de sangre
y más mucho más cuando se yergue la herencia colectiva
recreo de niños que destiñe
sal de azúcar misa de fiesta
semental de razas bravías
y más con tus misas
y más con tus tardes de fútbol
y de siesta
Aún así
ahorro mis lunes y mis martes… y mis sábados
completos sudando tu distancia
recuerda que sin ti la soledad es más obesa
mucho más que cuando estoy sin migo
y no hallo silla donde sentarme
y espléndido espero ¡ah..!
tu madrugada domingo
hum… que rico sabor de nostalgias
benévolos mercados y sonrisas truncas
que pronto se diluye al doblar de las campanas
y los pasos vespertinos
que se alejan
Añoro al que prioríceme el rincón de su perro sin dolerse
y al que muérase de sed
y regáleme su agua
sin ahogarme con el río que resbala por su descuido
perro sí alegra con hueso
chancho con desperdicios
Mis ojos preñados de espaldas
desconfían del par de pechos solidarios
a veces sonríen con trocitos de carne entre los dientes
Sin agua de oro
san hombre
es la vida lo que menos va a extrañarse
No enarbolas la hora de la siesta
¡Dame, si un día has de darme, tu escasez de fibra pura!
Sé que vendrá ese par de meses blancos
a divertirse conmigo
con sus tijeras
Oigo venir a ese par de meses blancos
sí
y quizá no le baste recordarme el desuso de mi nombre
la inutilidad de mis dientes
la inutilidad indudable de mis bolsillos
y lo prescindible que resultan mis huesos
por aquello de divertirse a lo grande
mientras tiento capullos en la arena
Sé que vendrá ese par de meses blancos
la historia es dictadora
pero yo lo burlaré
qué importa
nutriéndome de la sonrisa huraña y forastera
de mi voz desorejada
de tu voz sin nervios ni músculos
¿Quién es el cadáver?
total / la lágrima siempre encuentra ojo
es un ambulante sedentario
El campo santo
justifica tormenta en el lago
el dolor galopa
yo rebuzno: mírate en el lago dormido
no se apiada ante mansedumbre de lago
no se asorda ante el apático arre
Mis pies se pueblan de algarrobos y pututos
* * *
© 2005, Robert Jara
Escriba al autor: [email protected]
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Para citar este documento:
Jara, Robert: «Cuatro poemas», en Ciberayllu [en línea]
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