UNA CONSTRUCCIÓN QUE NO PERMITE OBSERVAR HACIA AFUERA
una
construcción abisal y sórdida como un cuadro abisinio
bajo el
lente estoy en Louvre
y Louvre en
Plaza Francia es un espejismo
Desde lo alto de un bus
contemplo la
ciudad
el sol brilla
intensamente como un par de anteojos blancos
cáscaras rotas botellas sin licor una banca verde me espera
sólidos
intactos versos que aún musitan sonrisas
Un líquido oscuro
como niebla
nos envuelve al atardecer
«En algún lado
mora mi soledad» es una vieja canción
la escuché
en los labios
redondos de una muchacha en un bar de Lima
allí conocí el
amor
sus cabellos
ahondándose en su seno como serpientes
son la
nostalgia
La confusión
convulsa sobre sus paredes de barro
rosa me agita
sus trucos
los malos
trucos
diseñando
noches enseñando diariamente cómo salir por la ventana
trazando un
puente directamente hacia ti
en esta imagen
y música rock decadentes
Absurda
tapizando las
noches con cremas descubrí ese dulzor
indeleble
reflejo y me permito soñar
acerco un
trago caliente
insalobre
material oscuro de té a mis labios
mientras me
acaricias y eran golpes suaves
ruedas húmedas
una espada helada descendiendo por las escaleras
hacia
el fondo
Una sucesión
de escenas fantásticas
mi hermana
bajo la mesa porque le teme a los temblores
férreas
cortinas de luz aplastando paredes vacías y paredes
hechas polvo
frente a la cámara son la suciedad fetal que temo
Las
construcciones son altas
Indomesticable
como un animal me agito
Insegura en un
clímax violeta sólo hablo francés en
sueños
retengo la
saliva ato un párpado a la reja
gris busco la llave
exacta
es difícil
escoger el ángulo de salida el cemento
suave
Sé que en
algún lado mora la soledad (mi soledad)
y a esa
muchacha no le gusta su oficio
SAN MATEO
cielo para fondo de un nuevo día
el aire blanco espiritual de los responsorios
apuntando universos de iconos estelares
y diablos azules
Ayer dos bandas de músicos hicieron bailar
a los devotos de San Mateo Tierra arena
¿por qué no decirlo?
Qué vacío bordea
Carretera sin alas
Velocidades ineludibles
Y una guirnalda parecía sucumbirme en el ocaso
pálido de asombro
Y una estampita y una promesa
y una constante
firmemente decisión
Y un antes de
todo y antes de todo
que despachaban mis dedos en el mar
veteado y sudorífico de la música
¿De quién pues va a ser el mérito?
y quien lo sepa no obstruya
Corriendo se llega lejos
En los periódicos no se lee la verdad
Las radios te cambian la voz
En los periódicos se lee: Invasores ocupan terrenos
del Estado
Bebimos
bebimos como la sombra monstruosa del amanecer
Litoral de los sueños
Pista de las cacerolas sin agua
Todo sea por su honor
¿SERÁ POR ESO QUE ADORO ESTE
RESTORÁN?
sus carnes
irradian nobleza y buenas costumbres
sus mandiles blancos
sus cubiertos
descartables menúes económicos
de aceituna y té
si no mira esas
bandejas
se deslizan
apuradas de un lugar a otro
como en un hospital
Hay telas pintadas por el verano
en el rostro de
los turistas
ángeles
neoclásicos y miniaturas desplomándose en mil
historias como la
del niño alimentado por lobos
y del que brota
agua
pero no es agua
lo que se agolpa en este apretado bronce
que mane lo que
sea
me aclaro desde el fondo inexorable de un
vaso
el sol ya no es una moneda que tenga algún valor en mi país.
* Los dos primeros poemas son del libro Abajo, sobre el cielo, Nido de Cuervos, Lima, 1999; el tercero es de Animal del camino, Ediciones El Santo Oficio, Lima, 2001.
© 2002, Roxana Crisólogo
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