Cuadros para una novela improbable

Narración a presión y por entregas

 
Ciberayllu

Domingo Martínez Castilla

 

 

 

Prólogo

 
  Extraña tarea la de escribir un prólogo a un proyecto incierto y quizás irremediablemente inconcluso. Pero supongo necesaria, para que el curioso y paciente lector sepa la génesis de estos cuadros y pueda compartir un poco más esta autoimpuesta obligación, emprendida para revivir viejas historias inventadas a partir de experiencias juveniles.

Treinta apretadas y amarillentas páginas mecanografiadas entre 1974 y 1975 son las que han hecho revivir este proyecto. Salvo correcciones necesarias, los Cuadros existentes a la fecha provienen íntegramente de esos escritos, cuya intención era la de eventualmente constituirse en una novela sobre la época. Los cuadros definen personajes, y empiezan a pintar el ambiente en que la historia se desenvuelve, como se suele decir, si bien al abandonar el proyecto por múltiples razones lo que se veía venir era un revoltijo irremediable. El autor, optimista perdido para algunas cosas y pesimista incurable para las que realmente valen la pena, supone hoy que con un poco más de disciplina, y con los supuestos beneficios del tiempo y la distancia, podrá hacer que esto cuaje en una narración más o menos coherente que describa una parte del mundo de Lima y, quizás, el Perú en la primera parte de los años setenta.

No hay más que decir. Habrá que ver si se puede seguir escribiendo más allá de las páginas amarillentas y, en todo caso, si se podrá mantener cierto estilo común porque, después de veinte años, uno puede haber aprendido algunas cosas pero al mismo tiempo perdido otras.

Al lector, para terminar, se le pide paciencia. Los cuadros irán apareciendo con una frecuencia determinada por la disponibilidad de tiempo de este escribiente y por el interés manifestado por quienes lean esta páginas.

Domingo Martínez Castilla

Columbia, 31 de enero de 1997

 

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