31 agosto 2006 |
Tres poemas*Chrystian Zegarra |
Manual para comensalesEl viento azuza las crines de este chancho Que come de mi mesa Un banquete de desperdicios. Es una mañana perfecta para atraer moscas Sobre la superficie del corral. La ciudad es engullida Por la boca del chancho que se revuelca entre melaza, Ante la indiferencia de los viandantes Que ignoran su caminata huidiza Hacia un horizonte fragmentado. (La realidad posee cola de chancho En las afueras de los muladares). Pero lo real es aún más sucio, Cuando se mira desde una ventana que refracta La lengua de quien sólo huele el banquete Detrás de una pocilga de mierda, Sin atreverse a ser la mierda. Un tránsito de lluvia limpia los agujeros de la ciudad, Con una mezcla de sangre y saliva. Hay un cuchillo que zanja las costuras de mi cuerpo. Hay un olor que se cuela entre las venas Y explota en un caudal de pestilencia. El chancho vuelve a su chiquero; Agita el hocico como un puñal Para husmear mi cadáver.
Caso clínicoSoy más mortal que mi cuerpo. Me suturo la boca. Permanezco En el rincón más sucio del hospital, con la vista Al acecho En esta trampa que no existe. Es una jaula en falso para cazar ratones, Con una mueca cómplice Para quien ya nunca regresó de la locura.
Una camisa de fuerza. Una lengua disectada. Sobre la mesa de operaciones.
La enfermedad contagia las rejas del lugar. El paciente de la cama vecina, Con el culo anestesiado de excremento, Huele sus harapos como a una dosis de sedante. ÚLTIMA NOTICIA: «—El lenguaje ha sido desahuciado—».
Se concede al fin el privilegio del silencio.
Asociaciones
«—Abra la boca, poeta, y no trate de ocultar la caries Que cubre la doble hilera de sus dientes. Despéjese, Y escupa las palabras que se apoderan De su cerebro, En este instante de revelaciones—».
El analista ríe con una mueca de cinismo. Se extiende con malicia en la aridez del diván.
Lengua / Objeto / Escritura. Ojos / Máscara / Ceguera. Boca / Vendaje / Silencio. Útero / Fosa / Muerte. Cuerpo / Cuchillo / Cadáver. Fósforos / Oxígeno / Cenizas.
«—Pero no hable de la muerte, querido señor, Basta con abrir la llave del gas; Mientras afuera la lluvia toma forma de paliza, Y no hay lugar para arrepentimientos, Ni refugio para quien pierde el paso Entre los charcos—».
* * ** Del libro Escena primordial y otros poemas; Premio COPÉ de Oro, XII Bienal de Poesía Premio COPÉ, Petro Perú, 2005.
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