[Ciberayllu]
11 febrero 2004

Poemas revisados

Carlos Henderson

 

Unas palabras de advertencia

Quisiera presentarles algunos poemas corregidos de mi Antología personal que publiqué en Lima en 1991, con el título El ojo de la piedra. Debo decir que muchas veces han sido transformados completamente. He partido de la idea de Octavio Paz: «Los poemas son objetos verbales inacabados e inacabables.» Nada más.

Después de haber enviado algún otro conjunto de poemas revisados de El ojo de la piedra. Antología personal 1965-2004, si me dan espacio en estas páginas, vendrán poemas inéditos.

C. H.


Del que dijo no en el inicio
(1988, reescritura 2003)


el ojo de la piedra

enseñar al ojo a ver
no este fuego que nos lleva a ver
desgarrada carne cuerpos en pedazos

la sangre la sangre marchita y este jardín
de la muerte reverdeciendo en el horror

enseñar al ojo a ver
volver a ver
                   la luz
la gozosa piedra
de la transubstanciación
del instante en infinito
ella sabe su potencia
se sabe transparencia alta hierba
tensión todo oído
brillo umbrales

contra exhausto oquedal
a cuestas vasto espacio

tengo que continuar


qué es lo que se busca
por qué se busca

me dirán bien poco
es esta sed
                 que me ofrece
—colinas
              del Errando—
sus brazos desnudos su pecho desnudo
coito del cielo: las palabras
concepción de la tierra: las palabras
del cuerpo tinieblas de dentro
                                            dicen
no los oráculos
los colores de los oráculos
no los quiero
                     anuncian
armonía de la muerte aborrecibles meandros
—la noche da a luz más noche—
en los corredores de la MUERTE:
«niña expira
                   su sangre
sobre la letra tierna»
o aquella muerte de mano de los «pumas»
«gritando de diferentes lados
entraron en las casas
en las que encontraron hachas
golpearon más fuerte a los hombres»

bajo reflectores la muerte
habla de la muerte cuenta los muertos


reglas de excepción

donde no hay centro ni mundo
las arenas blancas del tiempo
las adherencias del abismo
al abismo con dedos fuertes
                                            abren
en tierras estériles confines
sombríos instalan en las ruinas
del día en los vientos de la devastación
diablos de fiesta mayor:
lejos de las estaciones lejos de sus ciclos
lejos de los ríos lejos de la sangría de la hulla: aquí
no tendrán ni laberintos de exilio ni eterno presente
que renazcan en nosotros esos diablos
esos diablos que renazcan en nosotros
—y no simples briznas de paja
que el viento
desola


de qué me sirves lucidez
si no entregas el poema

terror hay en el aire
no van a decirnos
que no no te creas más frágil
que la piedra más firme
que el grito
                 cuidado
la piedra
              puede
despeñarse estremecerse
el grito convertirse en tu ornamento
tu envanecimiento una nube
humilde revolotea
así solamente así
condúcete
                 no te creas
agua que se encierra sed
ciega del lamento de tu bestia
de su dolor aléjate
aléjate prefiere tu vacío
sol abisal tu infinito
que a veces permite
que se abreve
cielo y tierra

busca el don del errar
el poema —ahí un esplendor
ha tocado sus límites


la palabra implosionando se expone

sólo los muertos
se revuelven en sus tumbas?
no más bien la paz
de los muertos sin ofrendas
                                          nos ofrece
en lugar de jacintos
rocío de cenizas
de su desgarradura
quién llama a la vida?
de su pozo
quién asciende el río?
en primera línea
quién desactiva el tiempo?
sin embargo uno hace
                                   su camino
de una frontera a otra
desparramados manuscritos
pero nosotros creamos
                                    el acuerdo
con nuestra palabra
no para nosotros no
hay otro
vértigo

la palabra implosionando se expone
—expone su abismo

* * *


© 2004, Carlos Henderson
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Para citar este documento:
Henderson, Carlos: «Poemas revisados. Poesía», en Ciberayllu [en línea]

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