l’ajour
en tus esculturas
alberto
da luz creando espacios
sí de eso se
trata, dice guzmán
son formas
todas las partes
con agujeros,
fallas
la luz se refleja
siempre, ahora
eso acompañando
ciertos
sonidos del
viento
el artista
le pregunto
¿da luz, nos
impulsa
a pesar de todo
el horror?
de aquello
hablaremos luego
me dice
mejor hablemos de
lo que
hace que una obra
sea buen
producto, y
considerando en frío
lo cálido –como
diria c. v. que hoy celebramos
sus 66 después de
muerto—
de lo aleatorio
todo depende
como dijo el otro
malllarmé bien
sûr
yo creo en el ángel
que visitaba al
poeta
autor... yo dije
de: diván
del tamarit, de
lorca tú me hablaste
y del mar
cuando en tu
coche colectivo
bajabas
de la sierra sur
del perú para
encontrarte
con las dunas
de la costa
gran extensión
ante tus sentidos
viste con el
tacto, asiste
los olores, los
colores
la materia del
mármol
del acero
y comprendiste
que serías
con fineza y
fuerza
el que la deje
que se exprese sola
ola que se acerca
a dialogar con el hombre
que dentro de sí mismo escucha
el vacío
que se hace sed
de sed tú recorrías
a nivel del mar
las dunas , las
arenas que como en ningún lugar
pasan del ocre al
malva, y tuviste y viste el gran todo
la ofrenda te
dijiste: estamos vivos
con desmedida
avidez del dibujo y la pintura y la
escultura
¿para ir lejos?, te pregunto
¿
y qué es ir
lejos? dijiste
¿
es ir con pies
de plomo?
¿
es ir con alas
de ángel?
¿
es tener coraza
o corona?
es arrear contra
corriente sus bueyes, te dije
en eso estuvimos
de acuerdo, también
hablamos de lo
que en estos días
sucede
en irak
que toda la región encenderá, de
la carnicería
de madrid
y los muertos
por el sida en el áfrica, nosotros que soñamos
justicia no
con verticalidad,
desde el inicio limpios
tus inicios son
muchos
me has contado
niño conociste
en gran finca
agrícola un árbol
anciano que se le
iba a
desenterrar, pero
tú dijiste no, tu abuela te escuchó
pudiste
seguir viendo
espacios, sombras
entre el tejido
que hacen las hojas
y la luz, y así comenzó todo
el artista
plástico
que busca la luz
despeja
las tinieblas tal
como
la poesía
transparente, concisa
esa que deja que
aparezca
el
silencio
pero el silencio
no es el tiempo ni es su fijación
yo, te cuento,
tengo una refriega
con el tiempo, he
dicho prestándome
una cita de
celan:
el tiempo mira
torvo, y ahora
que la vida
viene
a mi pecho, se
hace instante
¿
puedo pensar que
el tiempo
es lo único
que tenemos? ¿el tiempo
arranca
las tablas
clausuradas de la habitación
oscura
donde me había
aherrojado?
mira lo que te
digo, con tus ojos preparados
a mirar, ¿pero
los poetas al igual que los pintores
consideran que
el tiempo es nuestro
aliado, que el
instante es nuestro aliado?
dije que sí: el
instante es nuestro aliado
después la muerte
tendrá la máscara del otro
y del yo y recién
vendrá la unidad salvaje
que buscas.
París, 16 de abril, 2004 * * *
Alberto Guzmán. Fotografía de Carlos Gayoso.
© 2005, Carlos Henderson
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Para citar este documento:
Henderson, Carlos: «L'ajour. Poesía», en Ciberayllu [en línea]
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