[Ciberayllu]
21 marzo 2002

Dos poemas de A Rojo

César Ángeles L.

 

P O E T A   E N   M E C E D O R A

dos.
se nos puede
ir.
las piezas humanas
se
mueven
con pies milimétricos
en un día
negro.

la microscopía
es
riesgosa
porque
te puede trocar en
entomólogo
de puertas clausuradas y
los muchachos y muchachas
no
traspasarán tu opaco umbral
ni virarán sus
desnudas pantorrillas
hacia tu tímida cala-
vera
que mastica cultísimos
libros
en una mecedora amarilla
donde habi-
tas
cual beatle adocenado
mientras los claveles en cadenas
fueron reprimidos
al pie de las rojas / minas
y de los terrones acorazados.
un grito conchesumadre
debajo de los ferrocarriles del Poder que
con zanahorias y
preservativos
infla tu gélida cultura
esa misma Cultura
que yo
coleccioné en estantes para
compulsivamente cada día
bajármela como a patitos
en alocada kermesse
yo el analfabeto o
nosotros
los que te veíamos en tu ventana
paranoica
triturando manzanas en
nuestras manos
al intuirte
sabio, diplomático y
deslizando por las orinadas paredes
del guáter
la ideología que nunca te nutrió
pero que siempre
enarbolaste
como el calzón de tu mejor amante
aquélla que agonizó por
tu amor de a / uno
y tú que soñabas
solitario, culto y
cosmopo-
lita
que ella dexfallecía de love
for you entretusbra-
zos transparentes
entre tuslabios quedecían
p o e m a s
resquebrajados
cual espejo inú-
til ante el ramalazo
de (tu) trágico presente

a veces
cuando te he querido un poco
abracé tu cuerpo fantasmal
y aunque apretados
manteníanse
mis ojos
he visto sobre tu hombro ciudades
prósperas
en un país-vital
obreros a través de la plaza
ocupando palacio de gobierno
artistas y campesinos que arrancaban tubérculos a
la panza de la tierra
negros  cholos  y chinos curioseando en la
suite de
los hoteles de luxe

y poco
a poco
nuestra ciudad fue otra
ninguno de los hiperyos
que te acosaban
recorrían ya las calles

los viejos monumentos las
sonrisas
enganchadas a
la amargura y a la individualidad
cedieron territorio.

con los ojos / inmóviles
y
abrazado aún a tu mentira
vi un cielo contundente
una rápida / eclosión de
fogatas internas
como jamás la decrépita patria
a la que cada hora
ofrendabas estúpida pleitesía
imaginó. así
al final me quedé  a  b  r   a  z  a  n  d  o   e  l   a  i  r  e
                       m    a    r
b  o  t  e  l  l  a  s   a  b  a  n  d  o  n  a  d  a  s

tranquilo y agresivo
descendí en mis contradicciones
desde tu cultísima ventana de
paño púrpura, cardenalicia, feudal
hacia un Perú en filo
un Perú magenta:

brillante, coral rojo
sobre los senos de Diana

 

«PERÚ, PAÍS DEL MAÑANA (Boceto de mural para cuando tenga plata: mañana)»
Fragmento del grabado original, que reproduce a los presidentes del Perú diciendo "mañana", de Juan Javier Salazar.


 

L   A   G   U   E   R   R   A    Y    L   A    P   A   Z
 (i n c r u s t a c i o n e s  e n  u n a  p a r e d)

y prohíbele juntar las piernas para siempre

la guerra y la paz
«o estás con dios o estás con el diablo»:

te dije que era mentira
pero ya mejor no te digo esto

encorvas tu tronco y sumerges la cabeza
                               en un hoyo
                               húmedo, el mar
(Buñuel tiene una escena con avestruz)

y el Papa pontifica / dice:
la paz os dejo,

pero la paz es piedra solitaria
donde orinan los burros o camellos
                                           del desierto
esta paz no es nuestra
no tiene olor / ni sonido / y es una
caja de cuero
muda con folios amarillos:

¿Atahualpa no entendió a Valverde
o al revés?

¿Y de quién fue la paz
y de quién la guerra?

—Who are you?
—Atahualpa, and you?
—Shit!

Sí, prohíbele (verano) juntar las piernas para siempre
que abra bien el ojo / y mire
el escenario en humo y sangre
decenas de individuos sucios y
                                              tatuados
corriendo
huyendo
¿de Atahualpa o del otro?

el Cardenal en Lima
ansía la paz
pero la paz es hueso desabrido / que lamen multiplicados los perros

no juntes las piernas, amor
ábrelas / como el mar
hacia las certezas de hoy

porque el absoluto inexiste
aunque llores / por tocarlo o
pasarle tus perfectos labios temblorosos
mejor bésame y
estudia
la tensión dialéctica de
                                  la piel
abriéndose / cerrándose
en palpitación cardial                                     por ti
por tu belleza fuera de foco:
contornos entreverados como
el cotidiano
una ciudad nerviosa
como tu jadeo
un pito reventado como el tuyo
entre carros y
batallas como las nuestras nocturnas
y diurnahs
sangre derramada
en menstruación de trincheras expectantes

—«la neblina es una solapa super
ficie de orgasmo»
para nacer he nacido y
para nacer hay que morir

el viejo / orden pasa con sus cadáveres
                              sobre la proa
la neblina invade
Hitchcock menea la cabeza y dice:
—En el cine todo lo que quieras
pero nadie tiene derecho de quitar la vida a otro

Es la culpa / la paz
el Papa pontifica el
Cardenal reclama unión de los peruanos:
El Perú es un pueblo
que quiere paz

—«Ningún cilindro se llena
sin vaciarse»

¿y qué hay al centro de una rueda que gira?

sólo el centro
rubí en vértice
un alma magenta
nacido desnudo entre  c a r r o c e r í a s  i n c e n d i a d a s

la paz no existe sin la guerra ni el amor

amo la paz no la paz de la oveja

penetraré tus nalgas sólidas
/el mar erguido/
gritarás gritaré

El dominico Valverde solloza al infinito
sol sobre nuestro polvo

y la nave del viejo orden va
        sin culpa con sus cadáveres arrastrados

dirás qué riiiiico!
sudaremos
el Imperio será nada
y los tarugos negarán
como aprendieron en el cole-
                                      gio

sólo entonces el ajeno
rosedal
y húmedas espadas hibernando sobre rocas:

todo embarrado de belleza


* Del libro A Rojo, Lima y Barcelona, 1998.

© 2002, César Ángeles L.
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