La representación de La danza de las tijeras de José María Arguedas.
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[Ciberayllu]

Juan Zevallos-Aguilar

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CODA

La productora TV Cultura está distribuyendo el video «Encuentro Ritual. Los Dansaq en Huacaña (Video Etnográfico)» (enero de 1998), con el guión y la dirección de Ana Uriarte y la asesoría de Rodrigo Montoya y Lucy Núñez. Según sus productores, este video es un «documental etnográfico que muestra la participación de los dansaq ‘Alacrán’, ‘Halcón’ y ‘Paqari’ en la fiesta quechua del agua y en la celebración católica en honor a San Isidro Labrador en el distrito de Huacaña, provincia de Sucre, departamento de Ayacucho, en julio de 1997». Este documental es la primera exploración etnográfica de la práctica de la danza en el contexto rural en los noventa. Los productores del video son concientes de ello, la voz del narrador (Osvaldo Vázquez) expresa con entusiasmo que en esta oportunidad se puede observar la «magia de la danza en el contexto natural de un pueblo de los Andes». Rodrigo Montoya, en su reportaje periodístico de 1997, señalaba que la investigación de la danza en el contexto rural fue posible hacerla porque, desde principios de los noventa, se ha establecido una relativa paz y la población originaria del lugar se está recuperando de los efectos del conflicto armado entre el ejército peruano y Sendero Luminoso que asoló la región .

En efecto, el video documenta la participación de los danzantes como atracción central de varias festividades que se celebran en el pueblo de Huacaña por cinco días. Los danzantes y sus músicos rinden culto al Wamani, realizan pequeños atipanakuys, visitan las casas de los cargontes, acompañan la procesión de San Isidro Labrador para que bendiga la acequia principal del agua, marchan en el desfile cívico que celebra el día de la independencia del Perú (28 de julio) y finalmente, en el quinto día, compiten en el Gran Atipanakuy, competencia con una duración de ocho horas. Para la fiesta un numeroso grupo de migrantes huacañinos, junto con sus hijos y amigos, vuelven al pueblo para celebrar las fiestas.

Luego de una primera lectura del video, se nota que se han producido muchos cambios en la práctica de la danza. En este sentido, el narrador cita a un anciano del pueblo que opina con desazón que la danza "ya no es como era antes". Aparte de bailar y ejecutar acciones cómicas, los danzantes compiten poniendo énfasis en las acrobacias y el fakirismo (se introducen cuchillos en las fosas nasales, espadas en el esófago, clavos y alambres en el cuerpo, caminan sobre fuego). Los danzantes están satisfaciendo el gusto urbano de los migrantes y sus descendientes que ha sido formado por una cultura de la pobreza llena de fakires, acróbatas y payasos que se presentan en plazas y calles de Lima y otras ciudades para ganar dinero, y por los espectáculos de circos nacionales y extranjeros que justamente tienen su mejor temporada durante «fiestas patrias» (el gobierno peruano declara oficialmente feriados el 28 y 29 de julio de todos los años para celebrar a la patria). También se puede añadir que la fiesta ya no es como las de antaño. El narrador del video califica a la corrida de toros como una «caricatura» de las corridas de antes. En efecto aparece un torete desnutrido que es comparado con los misitus (toros enormes y bravos) que se empleaban en las corridas del pasado. Se puede decir que esta referencia es arguediana. El misitu es un protagonista de la novela Yawar Fiesta de José María Arguedas. Además, la composición del público ha cambiado. Se puede distinguir que un buen porcentaje del público que asiste a la celebración y a las festividades son una primera generación de huacañinos residentes en las ciudades que llevan a hijos y amigos nacidos y crecidos en Lima y otras ciudades peruanas.

A diferencia del optimismo de Arguedas en la supervivencia de la cultura quechua en los sesenta, el video contiene opiniones e información que muestra resignación y una ligera esperanza sobre el futuro de la cultura quechua. En la cubierta del video se sostiene: «el papel de los danzantes de tijeras es decisivo para reproducir el universo simbólico de una cultura que se defiende para sobrevivir» (énfasis mío). En este mismo sentido, cuando está por finalizar el video aparecen dos leyendas: «no hubo ganador del Atipanakuy por acuerdo entre los dansaq, debido el estado físico de ‘Halcón’». En efecto, este danzante de tijeras fue entrevistado en una escena anterior, y declaró que estaba herido. En la entrevista, «Halcón» explica que se cortó el esófago cuando introdujo rápidamente una espada de cincuenta centímetros a su boca, en un Atipanakuy en Pampa Galeras, otro pueblo de la región. La otra leyenda es más desconcertante: «Finalizada esta ceremonia ningún huacañino quiso asumir la responsabilidad de la fiesta del próximo año». Es decir, cuando el equipo de TV Cultura dejó Huacaña, nadie aceptó el cargonte. Sin cargontes, la celebración para el siguiente año no está garantizada. Los cargontes principales se comprometen a pagar a los danzantes, comprar y preparar la comida y bebida que se consume durante la fiesta. Otros cargontes se encargan de conseguir los toros, repintar y decorar la imagen del Santo y su santo, etc.

Lima y las ciudades, después de haber sido andinizadas por la migraciones masivas de campo a ciudad que Arguedas ya observaba, se han convertido en centros que irradian una nueva cultura andina hacia las provincias peruanas
Mas allá del legítimo sentimiento de desazón y ligero pesimismo de los productores sobre la cultura quechua, en el video se registran cambios irreversibles en la danza de las tijeras y la cultura quechua. Se puede decir que ha cambiado la dirección de su flujo. Lima y las ciudades, después de haber sido andinizadas por la migraciones masivas de campo a ciudad que Arguedas ya observaba, se han convertido en centros que irradian una nueva cultura andina hacia las provincias peruanas. En el caso particular de la danza de las tijeras, luego de haberse ésta transformado en las ciudades, se presenta tal como es ahora en sus lugares de origen y no le interesa la opinión de los viejos que conocen los pasos y tonadas completas de la danza y que les disgusta las incorparaciones y modificaciones. La realidad les dio la razón a los ancianos. La incorporación del fakirismo de Halcón en su actuación, hizo que la celebración terminara de otra manera. No se declaró un ganador del Atipanakuy.

De hecho, la danza de las tijeras responde al gusto de un nuevo público que junto con ellos se traslada de Lima al campo durante un feriado nacional. Aunque el video no da mayor información sobre los danzantes, es bastante probable que mas de uno de los danzantes haya aprendido a bailar la danza en Lima . En fu formidable monografía Los dansaq, Lucy Núñez Rebaza registra declaraciones de danzantes de tijeras, hijos de migrantes, que habían aprendido a bailar la danza en Lima. Asimismo, el hecho de que esté en riesgo la celebración del próximo año puede tener dos interpretaciones. Para los huacañinos y sus descendientes ya no es tan necesario volver a Huacaña para celebrar sus fiestas. Están mucho mas adaptados y a gusto en sus lugares de residencia. La mayoría de los cargontes principales son prósperos migrantes o hijos de migrantes de la ciudad que financian la fiesta con muchos propósitos. Tal como lo observé en un trabajo de campo que hice sobre La representación de muerte del Inca Atahuallpa en la Sierra de Lima, los cargontes quieren hacer público su éxito económico y generar respeto en su lugar de origen debido a que no es reconocido en sus lugares de residencia. Quieren aminorar una nostalgia alimentada por la indiferencia o rechazo que reciben en la ciudad. O también, el dinero, que gastan en la fiesta, es una inversión que sirve para reforzar útiles lazos endogámicos que en el futuro se convertirán en votos para ser elegidos representantes políticos de sus pueblos o provincias, mano de obra barata para producir productos agrícolas en sus propiedades o como abastecedores de productos de bajísimo precio que son comercializados en las ciudades. Pero, también se podría interpretar estos hechos de otra manera. La crisis de la economía peruana ha pauperizado en tal forma a los migrantes que les es materialmente imposible volver a celebrar la fiesta del pueblo para ejercer la «reciprocidad andina». En cualquier caso, se necesita hacer o dar a conocer investigaciones que indaguen estos asuntos. Ojala que Rodrigo Montoya comunique pronto los resultados de su investigación sobre esta fiesta. El video nos da solamente indicios de lo que viene ocurriendo con la danza y la cultura quechua. Por el momento, lo único claro es que la práctica de la danza, como cualquier proceso cultural en marcha, nos seguirá planteando más interrogantes que conclusiones.

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© Juan Zevallos-Aguilar, [email protected], 1999
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