Montesinos, la corrupción y las relaciones Perú - Estados Unidos |
|
Óscar UgartecheJulio del 2001 |
or primera vez en la historia se ha comenzado a observar el modo como gobernantes antes impunes hoy son llevados ante la justicia dentro de un nuevo marco legal que permite detener y/o juzgar a gobernantes criminales fuera de su tierra. Desde Augusto Pinochet primer gobernante que se ve afectado por este cambio de postura internacional, que fue detenido en Inglaterra por una orden de un juez español para comparecer por crímenes contra ciudadanos españoles, ahora en Chile el ex-dictador se encuentra en la misma encrucijada pero frente a chilenos muertos. Al mismo tiempo, militares argentinos han sido detenidos y aparentemente serán llevados a la cárcel definitiva en Europa donde fueron juzgados por asesinatos de franceses e italianos. Más allá del ámbito donde cometieron el crimen son juzgados por cortes donde corresponden los muertos. El más reciente es Slobodan Milosevic, sacado de su país y trasladado a la corte penal de La Haya.
De otro lado, por primera vez un presidente es detenido por un caso de corrupción manifiesto. Carlos Menem, ex-presidente argentino, está detenido mientras se investiga su vinculación con el tráfico de armas a Croacia y Ecuador en 1995, en un momento en que existió embargo en el comercio de armas con ambos países. En este marco temporal fue detenido el doctor Vladimiro Montesinos, ex capitán del ejército peruano, y proveedor de armas de las FARC, según denuncias efectuadas en el mes de agosto por el gobierno de Colombia con el apoyo del gobierno de Estados Unidos (Departamento de Estado).
El ex capitán dado de baja en 1977 por traición a la patria y hoy Doctor Vladimiro Montesinos, es un hombre sobre cuyos hombros pesa la responsabilidad no sólo de la corrupción del gobierno peruano en la década de los 90 sino una buena parte de las relaciones Perú-Estados Unidos. Al igual que Noriega en Panamá, el siniestro abogado es un hombre de la CIA y, al menos desde 1974, vendía información a los Estados Unidos. Dada la naturaleza y las actividades de Noriega y Montesinos, se abre una gran interrogante sobre la capacidad de la CIA de reclutar y formar narcotraficantes en América Latina, tal vez con el mismo espíritu empresarial que tuvieron los británicos al introducir el tráfico de opio en la China a fines del siglo XIX. Sin embargo, este espíritu emprendedor de los servicios de inteligencia de los Estados Unidos que afectan a todos los servicios de inteligencia del mundo parece estar en contradicho con la política exterior (Departamento de Estado) de luchar contra las drogas (DEA), de abatir el lavado de dinero (DEA) y de perseguir a los narcotraficantes (FBI).
Bernard Aronson, ex subsecretario de Estado para América Latina en la época de George Bush (padre) dijo recientemente que la guerra contra las drogas es una guerra larga. No es la operación Desert Storm, cosa que la gente quiere, dijo «es una guerra de desgaste. Hay progreso en el tiempo. Necesitamos de la voluntad política (de los países donde están las drogas) para sostener esta lucha». (Time, 7 de mayo, 2000, p. 13). Bush fue Director de la CIA en la década de los 70 e inicios de los ochenta cuando Montesinos fue reclutado a su servicio.
Parecería ser que deben comenzar por sus propios reclutas y por coordinar entre las diversas agencias y ministerios de los Estados Unidos, porque si la manera de conseguir la voluntad política de los gobiernos en las luchas es que sus propios agentes sean los gobernantes o los poderes detrás del trono, a la larga éstos terminan haciendo de la actividad su propio negocio rentable y desinstitucionalizando los estados de los países que gobiernan. Pasó en Panamá y pasó en el Perú. El vínculo no parece haberse terminado a inicios de los 90, porque hay información que Montesinos recibió equipo de escucha por 10 millones de dólares de la CIA, que fue utilizado para espiar sobre la oposición al régimen de Fujimori.
Entre los rasgos más saltantes del Ingeniero Fujimori están su desprecio por los partidos políticos, la persecución del ex presidente Alan García y el achacarle todas las responsabilidades por los problemas del país, y su inmensa cobardía. Como nunca antes, un presidente civil pasó tiempo y de hecho convirtió en su segunda residencia las instalaciones del servicio de inteligencia donde cohabitaba con el «Doctor». Estos sistemas de escucha sirvieron para darle poder a Fujimori sobre ese universo político que temía y detestaba al mismo tiempo. Vivir en el Pentagonito como se conoce al complejo militar donde están las instalaciones del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), leyendo informes sobre lo que se escuchaba en conversaciones entre diversos políticos, parece haber consumido gran parte del tiempo del Ingeniero Fujimori en sus años de gobierno. Otra parte importante fueron los viajes al exterior en el avión presidencial Boeing 737 comprado sin licitación.
Montesinos fue protegido hasta el final por el servicio de inteligencia venezolano e, incluso ahora, a pocos días de atrapado y entregado por las autoridades venezolanas, aparecen noticias en Venezuela advirtiendo que el Ministro del Interior peruano quiere matar a Montesinos. También apareció una noticia constatando que los que protegían a Montesinos eran del servicio de inteligencia venezolano y que el que fue a Aruba a recogerlo y acompañarlo a pasar por migraciones del Aeropuerto de Maiquetía era un alto funcionario de inteligencia venezolano. Según el diario El Comercio de Lima, pasaron por la oficina de Protocolo en el aeropuerto de Maiquetía en el ingreso de Montesinos a Venezuela con un pasaporte a nombre de Manuel Antonio Rodríguez. La zona de Protocolo es normalmente reservada para diplomáticos en funciones, lo que indica el rango que se le asignó a Montesinos en el momento de su llegada a Venezuela. Hugo Chávez, luego de entregarlo previa conversación de una hora con Alejandro Toledo en un viaje especial a Lima, únicamente para conversar sobre este tema, ahora insiste que no lo entregó. ¿Temen por sus propias vidas? ¿Están advirtiendo que Montesinos está en peligro como afirma él mismo? ¿Es un tema de consumo político interno para que no se le desplome la popularidad al Coronel que tanta similitud tiene con Fujimori? Lo cierto es que el asesor del servicio de inteligencia y agente de la CIA Montesinos tiene un buen uso de las malas artes y del chantaje, incluso ahora cuando ya no tiene sino su vida que perder. Sin duda si habla cambiará el panorama internacional y también el nacional porque nadie sino él puede esclarecer el papel de la CIA en el narcotráfico en la región. Debe tenerse en cuenta que Bill Clinton, a través de Gaviria, Secretario General de la OEA, pidió el asilo político para este señor en Panamá. ¿La lógica era que al enemigo puente de plata? ¿O era sacarlo y asegurarlo donde nadie lo pudiera interrogar? De ser el segundo caso, la CIA siempre supo dónde estaba y el FBI ayudó a entregarlo por una torpeza del propio Montesinos al mandar un enviado a sacar 38 millones de dólares de una cuenta en Miami, y el enviado, de inteligencia venezolana, aceptar los cinco millones de dólares del Gobierno peruano por la cabeza de Doctor.
Entre las preguntas ideales para Montesinos, si la policía peruana logra protegerlo de un suicidio, asesinato o fuga, están las siguientes:
El Perú sale de una década de chantajes sexuales, criminales y policiales de manos de un servicio de inteligencia armado y corrompido por el Doctor Montesinos, con una elite nacional debilitada o destruida. Montesinos puede catalizar este proceso desnucando a la elite o puede morir/pasar a cadena perpetua antes de hacerlo. Los márgenes para una tercera alternativa son escasos. Ciertamente los principales beneficiarios de una muerte pronta del «Doctor», como se le conoce, son los propios de la CIA que lo reclutaron hace ya 27 años.
El capitán Vladimiro Montesinos, como hombre de confianza del canciller del Perú, vendió en 1974 la información de los equipos militares comprados a la Unión Soviética y realizó un viaje a Washington falsificando la firma del entonces Comandante General del Ejército, otorgándose una autorización fraguada de viaje. Debió ser fusilado por traición la patria, pero el canciller cuya confianza traicionó, intercedió para que le quitaran los galones, le dieran de baja y le prohibieran volver a acercarse a una instalación militar de ninguna naturaleza. El ex-canciller Mercado lo percibió como un «buen chico, muy inteligente y ambicioso que se equivocó». Siendo un régimen militar el de entonces (1968-1980), el problema quedó en casa entre los generales y el capitán degradado.
El vuelco de capitán a abogado lo hizo Montesinos mientras purgaba cárcel por el delito en cuestión, siendo que al final, con el título en la mano, se convirtió en defensor de sus compañeros de cárcel, narcotraficantes de distinto tamaño y nacionalidad. Así comenzó a hacer dinero y ganar posiciones en el mundo civil. Su intención, sin duda, fue vengarse de las Fuerzas Armadas como tales y demostrar que él tenía más poder y podía más que todos los militares que le habían truncado una carrera hasta ese momento intachable. La venganza fue presta. Se hizo conocido por resolver problemas dentro del poder judicial y por su experiencia en inteligencia. Se dice que en 1986 Alan García lo habría llamado y que habría dado servicios al gobierno del Perú en inteligencia desde entonces. Lo cierto es que en 1990 fue llevado al entorno de Fujimori por otro agente de inteligencia para resolver problemas menores de legalidad de contratos de compra-venta de bienes raíces del ingeniero Fujimori y su familia. De allí en adelante lo que se ha sabido es que la campaña de 1990 en alguna medida fue cubierta por fondos enviados por Pablo Escobar desde Colombia, según dijo Roberto Escobar, el hermano menor de Pablo Escobar desde una cárcel el año 1999. Luego se supo que se estaba haciendo cargo de las operaciones contra Sendero en el Perú y fue también responsable político del programa de control de drogas que existe entre los gobiernos de Estados Unidos y del Perú.
La agenda de Washington con América latina en la década del 90 ha girado en torno a los temas de narcotráfico y democracia. No obstante, el 5 de abril de 1992 el lado autoritario de Alberto Fujimori le ganó la partida a la forma democrática como había ganado las elecciones de 1990 y dio un golpe de Estado con el apoyo de Montesinos y del general Nicolas Hermoza. Los militares sacaron los tanques a la calle mientras Fujimori dio un discurso solemne en TV anunciando que “he cerrado el congreso de la república, repito he cerrado el congreso de la república” antecedido por imágenes en TV de incendios en diversos edificios públicos y el saqueo de archivos del poder judicial en camionadas. Los noticieros extranjeros fueron pródigos en imágenes del saqueo del poder judicial. ¿Qué archivos desaparecieron? Dicho saqueo fue por orden del Doctor sin duda. Al día siguiente, 6 de abril de 1992, el 80% de los peruanos encuestados saludaron la asonada y aplaudieron lo que vino a ser el final de los partidos políticos bautizados como “tradicionales” por el Ingeniero. El gobierno de los Estados Unidos tomó una postura tímida. No censuró el golpe ni tampoco apoyó al vicepresidente que fue ungido presidente por unos días, Máximo San Román con la clase política en pleno. En términos de política realista, apoyaron el golpe. Frente a esta posición de los Estados Unidos hubo presión desde la sociedad civil peruana por represalias y, finalmente, se logró que la OEA amenazara con poner sanciones si no se regresaba a algún tipo de democracia formal. De este modo, el equipo de Montesinos organizó un referéndum para aprobar una nueva constitución en 1993 que sería la base para nuevas elecciones presidenciales. En dicha constitución está ya puesto que los partidos políticos que tengan menos de una cantidad de votos válidos no podrán volverse a inscribir. De esta forma los partidos políticos desaparecieron con la excepción de Acción Popular que se inscribió antes del referéndum de 1993 como partido. Ese cambio de constitución permitió la reelección de 1995 y fue el pretexto para la reelección del 2000. Menem transitó por el mismo rumbo del mismo modo pero fue persuadido de no correr por un tercer periodo meses antes de la tercera elección y Cardoso está en el mismo disparadero en Brasil. Pronto se observará un cambio constitucional en México y, a la luz de la experiencia regional, es muy alta la probabilidad de que esté incluido el tema de la reelección. El argumento usado por todos es que hay que darle estabilidad a las reformas económicas. Esto abre la interrogante sobre la funcionalidad de las reformas económicas del banco mundial para la democracia formal en la región. Si la población democráticamente se opone a las reformas, ¿hace esto que la democracia esté contra ellas o que ellas están contra la población?
El 6 de abril, en medio de las imágenes de saqueos del poder judicial salió el ministro de economía Carlos Boloña anunciando un paquete de reformas económicas que eran las del Banco Mundial que estaban empantanadas en un debate en el Congreso de la República. Desde el cierre de los bancos de fomento hasta la privatización de las comunicaciones y del petróleo, todo se anunció a la mañana del golpe de Estado. El aplauso del Banco Mundial, del Tesoro de Estados Unidos y de la Comunidad Internacional (léase el G7) se dejó sentir mientras al mismo tiempo expresaba preocupación por el golpe. Las presiones de la Comunidad Internacional, en particular de la OEA, fueron lo que llevó a que se hiciera un proceso electoral para ratificar al presidente convertido en dictador por un golpe militar clásico.
La esposa del Ingeniero Fujimori le había abierto una querella judicial a su esposo por contrabando de ropa donada y venta de la misma, en un escándalo familiar que tomaba proporciones mayores porque involucraba a la hermana del Ingeniero y a su esposo, el entonces Embajador en Tokio, Victor Aritomi. Se suspendió la audiencia con motivo del golpe y se sobreseyó el caso sin mayores efectos. Poco más tarde se produjo el divorcio entre ambas partes en medio de un trato bastante lumpenesco por televisión. La primera dama por ejemplo aparecía detrás de rejas recién instaladas en Palacio de Gobierno para que no pudiera salir y daba declaraciones desde allí a la televisión. Es decir, la imagen pública del jefe de familia no parecía la de un jefe de estado, sino la de una persona menor sin mayor proyección hacia la sociedad y sin mayor poder.
Poco después, en 1993, aparecieron estudiantes muertos incinerados y el gobierno peruano negó hasta su existencia, para terminar con una congresista que declaró que se habían «autosecuestrado» (y presumiblemente autoincinerado). Se conoce como el caso La Cantuta, por la Universidad de donde los estudiantes y un profesor fueron plagiados por el ejército. Poco después, una masacre en una casa de los Barrios Altos, en el centro de Lima, llevó a la sospecha de que los perpetradores eran miembros de inteligencia que operaban desde Palacio de Gobierno, pues un testigo que sobrevivió paralítico describió las características de la camioneta utilizada. Las organizaciones de derechos humanos vinculadas al tema identificaron la camioneta con una que pertenecía a Palacio de Gobierno. Se conoce como la masacre de Barrios Altos. Luego una agente de inteligencia apareció descuartizada y otra con la médula quebrada. Según la sobreviviente y refugiada política, lo hizo su misma gente.
Mientras esta información se iba haciendo pública, el apoyo al Perú en el Club de París donde se estaba negociando deudas que estaban impagas desde 1983 y 1984, fue moderado desde Europa pero fuerte desde Estados Unidos: el gobierno de la dictadura logró establecer precedentes en cuanto al tratamiento de los intereses. (difiriendo el íntegro de los intereses por vencer hasta un año más tarde). En un proceso inverso al de Milosevic quien debió ser entregado para que el Banco Mundial diera luz verde a una conferencia de donantes para Yugoeslavia, en el caso del Perú el golpe y sus muertos eran ignorados mientras se hicieran las reformas económicas. Una inyección de capitales con el financiamiento de la campaña electoral de Fujimori por el Banco Mundial y el BID en un monto de 1,200 millones de dólares en 1994 resultó en una tasa de crecimiento económico de 13%, la más alta de la historia. El ahora derrocado y prostituido gobierno peruano tuvo mucho apoyo internacional y fue un paraíso para las inversiones extranjeras y para las bases aéreas norteamericanas.
Estados Unidos jugó un papel muy importante en el Perú toda la década. Los embajadores de dicho país en Lima fueron muy explícitos en su oposición a las posturas del régimen frente a la democracia y el sistema político. De otro lado, la CIA jugó un papel de soporte fundamental para que el poder de Montesinos se consolidara. El doctor actuó con la seguridad de ese apoyo. La DEA estuvo en contra y el FBI fue quien detuvo al agente venezolano de inteligencia cuando iba a recoger 38 millones de dólares de una cuenta de Montesinos en Miami. Chávez lo guardó y protegió con su servicio de inteligencia desde diciembre y lo entrega, por razones posiblemente vinculadas a una condición puesta por el Gobierno de Washington para la renovación de la flota de aviones F-16 y otro equipo militar.
Del otro lado, está el apoyo de los Instituciones Financieras Internacionales en el sentido contrario a las posturas del Departamento de Estado. En enero del año 2000, la Secretaria de Estado Albright pidió la salida de Fujimori y su no reelección, mientras las instituciones financieras internacionales le financiaban la campaña electoral y mientras se encontraban dos millones de firmas fraudulentas en oscuras habitaciones de partes remotas de la ciudad para lanzar al candidato presidente. No obstante, cuando Montesinos debió fugar del país bajo el peso de la presión social, Clinton le pidió al Secretario General de la OEA, el colombiano Gaviria, que pidiera asilo para Montesinos en Panamá. Fujimori, más cómodo, sacó su segunda nacionalidad. Será un misterio hasta que Montesinos diga por qué Clinton pidió asilo para él en lugar de regresarlo a Estados Unidos o de hacerlo desaparecer en el Pacífico Sur, en alguna una isla ignota.
Montesinos amasó mil millones de dólares. De Fujimori no se sabe aún cuánto. Los generales, de lo que se sabe, montos que van desde pocos millones de dólares hasta decenas. Los empresarios salvaron unos sus empresas y otros sus virtudes. Los políticos perdieron su prestancia apareciendo como muertos de hambre que se vendieron por un plato de fríjoles. El Perú después de la crisis política y económica de los ochenta, pasó a la crisis moral de los noventa.
Se convirtió el Perú en el milagro económico de la década del 90 luego de 32% de caída del PBI en los años de García (1985-1990) y 2 millones por ciento de inflación en la década de los 80. El equipo del Banco Mundial con recursos de dicha institución comenzó a administrar el Ministerio de Economía desde 1990. El Secretario General del ministerio fue pagado por el BM al menos hasta 1996. El Vice Ministro de Economía recibía un salario externo desde el BM y un equipo económico era financiado por el PNUD, presumiblemente con fondos del gobierno del Japón, principal aportante para el Perú a través de los organismos multilaterales durante la década de los años 90. La economía era más importante que la democracia para los organismos financieros internacionales y aparentemente para todos los gobiernos del G7.
Las elecciones de ese régimen fueron financiadas mayoritariamente en 1994-95 y 1999-2000 por el Banco Mundial y el BID, con el discurso que ellos son bancos apolíticos y no tenían por qué suspenderle los desembolsos al gobierno. Las cifras de giro en el periodo electoral fueron del vecindario de mil millones de dólares en los seis meses anteriores a las elecciones. Mucho dinero para un país pobre. Eso es ahora deuda de todos los peruanos. El vicepresidente del BM para América Latina fue a saludar al presidente electo Fujimori en agosto de 2000 para ofrecerle nuevamente su apoyo. A todas luces, el Vicepresidente para América Latina no estaba informado de la postura de la Secretaria de estado con el Perú o , más probablemente, no le interesaba su postura. Del mismo modo, en mayo del 2000 fue el Presidente del Banco Interamericano a Lima y negó que se suspendería los desembolsos, pues ellos eran apolíticos. Evidentemente son apolíticos mientras haya reformas económicas en curso en los países. En los Balcanes, en cambio, donde non hay reformas en curso, sí suspenden reuniones y desembolsos y los condicionan a acuerdos políticos.
Conforme el gobierno de facto comenzó a avanzar, la información sobre pagos efectuados por diversos delincuentes comunes perseguidos por estafas millonarias como el caso de Carlos Manrique de CLAE, quien estafara por decenas de millones de dólares a miles de personas declaró haber mandado pagos de algunos millones de dólares a Montesinos para «resolver» su caso, fueron siendo escuchados. Otro caso similar fue el de un narcotraficante llamado «Vaticano», quien en su proceso judicial dijo haber efectuado pagos al Doctor. Al día siguiente, cuando regresó a hacer declaraciones a la corte, el hombre estaba evidentemente bajo los efectos de un shock y no podía hilvanar las palabras. Había sufrido evidentemente algún tipo de «tratamiento». Entre la clase empresarial, se hizo conocido que con la «ayuda» del «doctor» los problemas se resolvían a su favor. Desde fusiones bancarias hasta conflictos mineros fueron resueltos por el poder en la sombra.
En otro plano, fueron instalados los sistemas de escucha nacionales, y se transformó el sistema nacional de inteligencia en el aparato para controlar a la oposición. Esto iba desde tender celadas a políticos y hombres públicos para luego chantajearlos, hasta la filmación en habitaciones de un cierto burdel selecto en la Avenida República de Panamá, en el distrito limeño de Barranco, cuya membresía era invitada por carta con una tarjeta de crédito incluida. Allí fueron filmados, usando drogas e incurriendo en actividades lúbricas, lo más graneado de la sociedad limeña actual por cierto no muy graneada.
En estos años se encontró naves de la marina de guerra cargadas de cocaína en cajas de latas de atún, con la evidente complicidad de una fabrica atunera. Dentro de la Base Aérea de Las Palmas en Lima, se encontró el avión presidencial cargado de cocaína en paquetes plásticos. De otro lado, la lucha contra el narcotráfico parecía en auge con detenciones de cargamentos de hasta 10 toneladas de cocaína en la zona fronteriza con Ecuador. Aparentemente, lo que se detenía en un lado era vendido por los interesados por el otro. Es decir, Montesinos y su gente le quitaban el negocio a la competencia con la ayuda del ejército peruano y el programa de control de drogas. La política de derribo de aviones ha resultado en treinta naves derribadas desde 1992, cuando comenzó el programa. Dice Time: «el impacto en exportaciones de coca ha sido invisible». El héroe de los Estados Unidos en el control de drogas, Montesinos, tenía su negocio paralelo de vender esa misma coca.
Tenía el régimen de Fujimori un discurso intolerante en una sociedad que venía de un desplome luego de una crisis económica y política de larga data y una guerra con 26,000 muertos terminada por ellos en 1992. Hubo los elementos objetivos para que el discurso intolerante tuviera acogida. Se instaló así un régimen de terror. Nadie quería ser acusado ni de lo uno ni de lo otro y la probabilidad que el sujeto que hiciera oposición fuera tratado así por los medios de comunicación masivos era muy alta. Los medios de comunicación televisiva habían sido puestos bajo control gubernamental por sus existentes deudas tributarias. Si se salían del script las cerraban. En un caso, uno de los dueños del Canal 4 era socio de Montesinos en el negocio de la venta de armas. En otro, el dueño de Canal 2 se salió del libreto y fue sujeto de la pérdida de nacionalidad, pérdida del Canal, pérdida de sus otras empresas y enjuiciamiento de los gerentes de las otras empresas, más la revisión de la SUNAT de las cuentas más antiguas.
Conversaciones eran pasadas por la radio para que se supiera que estaba siendo escuchada la oposición y que nada era privado en este régimen con características de dictadura fascista de los años 30. El discurso político contra comunistas y homosexuales recordaba a los regímenes europeos de entonces y ocultaba medidas arbitrarias de razón íntegramente política y de poder como, por ejemplo, el despido masivo de 117 diplomáticos en diciembre de 1992, por maricas y comunistas, o la campaña contra la agencia Transparencia que supervisa las elecciones en el Perú bajo el lema de «la telaraña del comunismo se está tejiendo». Entre las Penélopes estaban el entonces Defensor del Pueblo Santistevan, el actual Ministro de Justicia Garcia Sayán y el actual Director de Transparencia Roncagliolo. Montesinos y los Generales tenían el poder con el rostro y complicidad de Fujimori y no lo iban a perder. Era el poder para el manejo de los negocios de la cocaína y de las armas.
Está claro que Montesinos y su mafia tenían relación con la CIA desde hacía muchos años. Está claro que gozaban de prestigio internacional suficiente para aguantarles todos los abusos internos que hacían a los derechos humanos en el nombre de la democracia. No está claro cuándo y cómo se perdió esto. La comunidad internacional de naciones, léase Estados Unidos, Europa Occidental y Japón, apoyaron a Fujimori hasta el final. Japón aún lo hace. Estados Unidos le retiró desde el Departamento de Estado el apoyo en enero del 2000 mientras el departamento del tesoro se lo mantuvo como se aprecia con las visitas de altos funcionarios del BM y del BID al Perú y la manutención de los desembolsos crediticios.
Se sabe que hay operaciones en efectivo con Rusia por montos vecinos a dos mil millones de dólares en 1996 por concepto de compra de aviones MIG 29 que no tienen capacidad de vuelo (uno se cayó recientemente en una demostración de su capacidad de vuelo en Chiclayo, ante la comisión investigadora Waisman). Igualmente, se recompró deuda rusa bilateral por un monto de 1200 millones de dólares al mismo tiempo que la compra de dichos aviones y, finalmente, en las mismas fechas, segunda quincena de 1996, se encontró el avión presidencial en la base aérea de Las Palmas, cargado de cocaína. Esto podría tener implicancias tanto de un vínculo estrecho con la mafia rusa para comprar armas y pagarlas con cocaína como de lavado de dinero. En el primer caso, el esquema fue utilizado en el Irán-Contra e introducido entonces en América Latina. El negocio del tráfico de armas se expandió y no se sabe si compite la mafia peruana con la argentina o si es complemento a las operaciones argentinas ahora bajo investigación. No se sabe si las operaciones de lavado de dinero son simultáneas o complementarias a las de otros gobernantes de la región involucradas en este negocio. Es decir, las operaciones delictivas de esta mafia podrían tener ramificaciones más allá del Perú. Ciertamente, la mafia rusa está involucrada con la mafia de Montesinos.
Montesinos, como antes Guzmán de Sendero Luminoso, cayó por su exhibicionismo y narcisismo. La necesidad de verse fotografiado y sentirse importante. En el primer caso es una traición desde dentro del servicio de inteligencia. ¿Qué falló? ¿Quién pasó la información? El que fuera estaba del lado del Departamento de Estado y de la DEA pero en contra de la CIA y del Departamento del Tesoro. No fue una entrega inocente ni espontánea. Ocurrió en medio del escándalo, recién descubierto, de que las fuerzas armadas peruanas le vendían a las FARC armas rusas compradas a Jordania, y las echaban por paracaídas en la selva amazónica. Se descubrió que esos pagos se hacían en cocaína. ¿La CIA sabía de esto? De ser el caso, ¿es cómplice? De no ser el caso, ¿no tendría que saber que hacen sus agentes? Es la técnica que usó Oliver North en el Irán-Contra, comprando cocaína y vendiéndola o trocándola a cambio de armas rusas compradas a Irán. En ese caso además se introducía cocaína en Irán.
Las relaciones entre el Gobierno de Transición peruano y el gobierno de Venezuela están dañadas a raíz de la entrega de Montesinos, quien ingresó protegido por el servicio de inteligencia a través de Protocolo con un pasaporte falso y fue custodiado por ese servicio de inteligencia hasta que un miembro del servicio venezolano lo traicionó por cinco millones de dólares. Chávez, quien hasta entonces dijo ignorar dónde estaba Montesinos, quedó al descubierto y comenzó su infausta campaña de desprestigio de la policía por hacer lo que debieron hacer ellos: entregar al delincuente internacional Montesinos. Fujimori quedó advertido y el gobierno japonés también. Finalmente, quedan interrogantes en la relación Perú-Estados Unidos. Primero, tienen o no alguna supervisión sobre lo que hace la CIA y no es el caso que deberían de tener supervisión de sus actuaciones en el exterior. En segundo lugar, quién se hace responsable por el papel jugado por su agente en el gobierno peruano y por su actuación en el narcotráfico mientras de otro lado trabajaba oficialmente con la DEA. Por último, si la agenda de Estadios Unidos fue la lucha por la democracia y contra el narcotráfico, en el caso peruano la evidencia muestra que en realidad no fue uniforme sino que hubo instancia de dicho gobierno donde evidentemente sí son esas las prioridades y otras en que no. El interés nacional de los Estados Unidos en el gobierno del Perú mostró la irrelevancia de la democracia y de la lucha contra las drogas y la relevancia de las reformas económicas y de la instalación de las bases aéreas en la amazonía. No es sinónimo haber instalado cuatro bases aéreas en la Amazonía, dos en la parte peruana, una en la ecuatoriana y otra en la frontera de Ecuador-Colombia-Perú, con haber avanzado la lucha contra el narcotráfico. Menos si la persona que traficaba era el que hacía la lucha en el país mayor productor de hoja de coca del mundo: el Perú y su propio agente.
Los mecanismos de justicia internacionales está comenzando a operar. La detención y enjuiciamiento de jefes de Estado como Pinochet, Menem y Milosevic, así como los retornos a la cárceles de violadores de derechos humanos en Argentina al mismo tiempo que la detención de Montesinos, es un avance de la humanidad contra la impunidad. El gobierno japonés deberá enfrentar presiones internacionales para que entregue al fugitivo ex gobernante peruano. Los Estados Unidos deberán responder algún día por haberse involucrado con este escandaloso gobierno. De Montesinos, quién sabe si hablará su verdad o no, pero sea muerto o en cadena perpetua, llegó así al final de una carrera de agente de la CIA que pasó de las bodas de plata. Comenzó el fin de la impunidad en el Perú y ojalá en América Latina.
Comentario privado al autor: © Óscar Ugarteche, 2000, [email protected]
Comente en la plaza de Ciberayllu.
Escriba a la redacción de Ciberayllu