La música está en el aireParís
y el tango
|
|
José Alberto Velarde |
Esta multiplicidad se comprende cuando hablamos de las distintas expresiones musicales que existen en América Latina y de las cuales sólo algunas han llegado a imponerse en el continente europeo, unas con mayor suerte que otras, como es el caso del Tango, la Música Andina y la Salsa. Francia es uno de los países europeos que, por tradición cultural, han acogido con entusiasmo esos ritmos calientes venidos desde el subcontinente latinoamericano.
A principios de siglo, París era el centro cultural del mundo occidental. La llegada del tango a la capital francesa data, para algunos, de 1907. El sello musical Gath y Chaves hace grabar El Choclo y La Morochapor el guitarrista A. Villoldo, el violinista Alfredo Gabbi y su mujer, la cantante Flora Rodríguez. Para Horacio Ferrer, poeta argentino y autor de un Diccionario del tango, la cosa pasa en 1910 en el salón de Madame Reské; allí, el pianista Alfredo Buchardo toca un tango para los excelentes bailarines que eran Ricardo Güiraldes e Yvette Guet. Tal sería el inicio de la tangomanía en París. La recepción de este ritmo en los salones parisinos hizo que lo aceptaran sus equivalentes argentinos, sensibles entonces a todo lo que pasaba en Francia.
El tango es acogido entonces con brazos abiertos en la capital francesa como una nueva diversión, y se difunde rápidamente en los medios de la alta sociedad, que no desaprovechaba la oportunidad para mover las caderas en cadencia con la música y el cuerpo de la pareja. El encanto latente del tango, indisociable de su erotismo destellante, hace que con el correr de los años sus protagonistas sean de lo más heterogéneo de la sociedad: aristócratas y artistas, snobs y aventureros cosmopolitas, industriales, obreros y burgueses afincados… todos confundidos por la misma ebriedad, el mismo delirio.
Hartos de la moralina que por aquellos tiempos atascaba los espíritus en un conformismo de una gran rigidez, los franceses aspiraban a más libertad en su manera de vivir, y el detonador sería el tango. El tango daría una comprensión nueva de la estética en materia de coreografía mundana. El tango será el liberador del cuerpo y de sus instintos, con su ritmo tan particular. Un ritmo que sin duda es uno de los factores decisivos de su fenomenal éxito: exótico, sensual, en perfecta simbiosis con el estado del espíritu de la Francia de esa época, entonces muy abierta al exterior; esta nueva coreografía modificó las costumbres. En adelante, la pareja se abraza en la danza, se enlaza muy íntimamente. Es el inicio de un cambio radical en las mentalidades. Es la democratización, la libertad de costumbres, pero también es la expresión de la intimidad, que demuestra así su soledad, su desorden y confusión en medio de una crisis de la individualidad ante la creciente sociedad de consumo.
El mercado de la moda se ve inundado de trajes-tango, abrigos-tango, peinados-tango: nace el look-tango. Se vende «Tango». Se recupera el prestigio de la palabra. Entonces será el talismán que asociará los más diversos productos: color tango, té tango, champagne tango, cigarrillos tango, y existirá en 1914 un diario especial semanal llamado El Tango Electoral, de tono satírico, cuyo tiraje para su primer número será de 100,000 ejemplares, difundido en toda Francia. El tango se instala también en la escena cultural francesa: invade los teatros, los salones, los bares, los cabarets de noche, los grandes hoteles; se puede encontrar exposiciones tango, tango conferencias. ¡Qué alucinante el tango! Y el tango desde entonces siempre estará de moda.
París rebosa de una plétora de lugares que le son consagrados: Montmartre, Pigalle, Saint Germain, Montparnasse y Chatelet, entre otros barrios parisinos. Así, después de haber integrado las estructuras tanto culturales como comerciales, el tango logra imponerse en Francia. En París se han presentado y se presentan los mejores músicos e intérpretes del tango. En 1928, Carlos Gardel cantaba en la Ciudad Luz y después de él no han cesado de llegar tangueros confirmados, como son Quiroga, Rivero, Susana Rinaldi y Reinaldo Anselmi, entre otros cantantes, así como Astor Piazzola y el Cuarteto Cedrón. Pero el tango se ha fusionado también con el jazz y el rock. Del tango se han hecho y escrito óperas. El tango es también cine y poesía. Tango son también Arlt, Cortázar y Borges; y, como decía el poeta, el tango es también «un pensamiento triste que se danza».
En París, es hoy difícil escuchar un tango y no pensar en el Cuarteto Cedrón. Con casi 37 años de carrera, muchos de los cuales vividos en Francia, este magnífico grupo de músicos es sinónimo de esa música «espacial» que está «en el aire», y que con su ritmo y su cadencia nos envuelve en una atmósfera inexplicable, sensual y grave a la vez. Juan Cedrón, cantante y guitarrista del grupo, nos ilustra y confía algunas de sus impresiones acerca del tango. Como una íntima voz.
Se dice que el tango llega a Europa a principios del siglo XX, y hace furor, especialmente en Francia, en «la buena sociedad», a la inversa que en Buenos Aires…
Eso tiene una explicación. Al tango lo trajeron a Europa los terratenientes, los dueños de las vacas, la alta burguesía argentina. Claro, en la Argentina el tango era mal visto, y los ricos venían a hacerlo aquí. Por otro lado, lo más importante es que la burguesía recupera el arte popular. La burguesía venía con sus juglares, vino De Caro, Arola, Gardel, que eran músicos populares. La burguesía argentina introdujo el tango en la burguesía francesa. Después el tango hizo su camino. Ahora los franceses dicen que Gardel era francés, porque les conviene, para recuperarlo. Hay un tango que dice «la emborrachó con Pernod y hasta el tango arrabalero la francesa bailó».
Entonces el tango proviene…
El tango es parte de la identidad cultural de la Argentina y el Uruguay. El tango es una música que representa a la Argentina, es el fruto que aportaron los inmigrantes que llegaron a las dos orillas del Río de la Plata, españoles, italianos, franceses, polacos y los esclavos africanos, que influenciaron sobre todo en la parte rítmica.
Podemos decir entonces que el tango deriva de una mezcla de culturas, de una mezcla étnica…
En general, se habla mucho de nosotros mismos y sólo se hace hincapié en los africanos por una cuestión de justicia. La verdad es que los africanos jugaron un papel importante en toda la música latinoamericana y norteamericana. Los esclavos, al tener prohibida su música y sus ritos, hacen la música de los conquistadores, y la modifican: la tocan con gracia africana. Pero el tango también viene de los inmigrantes antes nombrados. Es una mezcla de ritmos y sonidos. Por eso es tan interesante el tango.
El tango es también «un pensamiento triste que se danza»…
Eso lo dijo Discépolo, y ahí está lo del «aire» del tango, lo del «espacio», de la poesía espacial. En el tango siempre queda el ambiente de las miradas en los bailes, eso es la poesía espacial, y es la música la que te da ese sentimiento interior.
Jorge Luis Borges dice que el tango constituye una verdadera «comedia humana» de la vida en Buenos Aires.
¿Cómo así Buenos Aires resulta ser la inspiradora del tango?
Es la gente de Buenos Aires, sus habitantes, la que ha creado esa música, porque se representan en el tango, o el tango representa a esas gentes, como quieras. Por eso decimos que el tango y el jazz son el producto de la música urbana más importante del mundo, de este siglo.
Los personajes del tango, como los guapos, los compadritos y la rubia de la esquina, ¿son propios de Buenos Aires?
No creo. En Francia también había los titi parisien. Pero el tango no solamente es el compadrito, hay también tangos anarquistas, que hablan del obrero que no tenía más pan para comer, habla de la prostitución como un problema social que existe, y no de las putas en sí, habla del baile, del local, habla del Tango Sur, habla de Che Bandoneón. Eso del compadrito encasilla al tango. Yo combato esa idea para desmitificar la otra idea, la del macho…
Pero un verso dice «porque el tango es macho…»
Sí, hay un poema que dice eso, y es un excelente poema de Celedonio Flores, pero dice que el tango es macho y fuerte para referirse a la gente que llora, que sufre, pero que se subleva. ¿Vos conocés ese poema? Es de Flores, un poeta social por excelencia, con gran poesía, dice «pelandruna bacanada», es lunfardo, y el pueblo también dice «pelandruna bacanada», es extraordinario, suena como Vallejo. Celedonio Flores rescata el lunfardo como una expresión social, que nace en las periferias y en los bajos fondos donde viven los pobres y no solamente los compadritos; había toda esa gente que iba a trabajar a las fábricas, la que hacía el pan, la costurera, como dice Carriego. Carriego es el primer poeta social, urbano, él hace un poema con una costurera, una trabajadora. Uno hace hincapié en la poesía, pero la poesía no sólo es romanticismo y modernismo, hay poesía social.
Si bien es cierto que Buenos Aires personifica al tango, existen también los barrios. ¿Qué le sugiere a Ud. la palabra Palermo?
Palermo tiene una historia muy grande. Palermo sería la Quinta Rosas. La gente que tenía poder se iba a pasear a la Quinta Rosas. Cuando acabó el gobierno de Rosas, Palermo se empieza a poblar y se convierte poco a poco en suburbio, ahí nació Carriego…
Justamente, ¿qué le sugieren los nombres de Evaristo Carriego, Pascual Contursi, Santos Discépolo, Homero Manzi?
Bueno, son los más grandes. Carriego fue el que inventó la poesía ciudadana, social, urbana, a principios de siglo. Contursi introdujo el lenguaje del pueblo bajo, el lunfardo. A partir de Contursi los escritores empiezan a escribir en argentino y no en español. El aporte de Contursi es que introduce el lenguaje popular a la poesía.
Al tango se lo considera como «la quintaesencia de la música y de la filosofía de la existencia»…
Será porque con el tango se crea una ideología, una ética, una filosofía. El tango recupera todo eso, y se forma Buenos Aires, el país. El tango es la quintaesencia de la música tal vez porque es abstracto. La música es abstracta y más profundo que eso no puede haber. No es un postulado con una idea, con un discurso. La música está en el aire. Es lo más puro que hay.
El Cuarteto Cedrón lo componen:
321/020325