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30 diciembre 2003

Cataluña y sus poetas: Bartomeu Roselló-Pòrcel

César Ángeles L.

Esticcansat de tu, domini fosc
i tempestat de flama.
M'exaltaré damunt els horitzons
(«Estoy cansado de ti, dominio oscuro
y tempestad de llama.
Me exaltaré sobre los horizontes»)

Bartomeu Roselló-Pòrcel

Uno

En Cataluña se sitúa una de las ciudades de mayor tradición, riqueza y presencia en España: Barcelona; un espacio cosmopolita, costero en el mar Mediterráneo, ciudad-balneario, muy en aroma francés y colores sobrios, así como bastante interesante en su diseño arquitectónico-urbanístico. No en vano se precia de ser tierra natal de uno de los arquitectos más reconocidos en la historia de la arquitectura contemporánea: Antoni Gaudí. Peculiarísimo art-noveau el suyo.

Esta región es una de esas cuya parte de su pueblo hace mucho tiempo alberga anhelos de independencia respecto del Estado español; a lo que habría que agregar los casos de Galicia y el País Vasco. En este sentido, el foco más conflictivo —y conocido internacionalmente por su extrema beligerancia— es el de este último, donde se ha llegado a constituir una guerrilla urbana como el ETA (Euskadi Ta Askatasuna: País Vasco y Libertad) que, desde 1959, tiene en su haber una trayectoria de cruentas acciones político-militares de resonancia. Pero una parte de la población en Cataluña, aunque de muy diverso modo, piensa en el separatismo. Ello enmarca el hecho que junto con la lengua castellana —la original de Castilla— conviva la propia lengua catalana: protegida y promovida por el mismo gobierno catalán, con todo lo conflictivo que ello supone en términos culturales, sociales y políticos; y con todo lo enriquecedor, también, vamos.

Sin embargo, como en otros lugares, no pocos catalanes piensan que eso de los nacionalismos es cosa trasnochada o a lo  sumo un asunto liminar. Así, descreyendo de las fronteras, apuestan mejor por una democratización del poder, a la vez nacional e internacional, creyendo que la injusticia y la discriminación existentes en cualquier país del mundo —así como entre los países del Norte y del Sur, en la escena internacional— no se resolverán con separaciones regionales, religiosas, étnicas o culturales, sino atacando las causas económicas y políticas de los problemas sociales, frente a lo cual las fronteras y nacionalidades sólo son una variable geopolítica.

Dos

Cataluña fue uno de los  escenarios más emblemáticos de la Guerra Civil Española (1936-1939). La sangrienta derrota de esta región, a manos del fascismo franquista, entre otras cosas significó que durante los años de la posguerra estuviese prohibido publicar en catalán (lo mismo debe decirse respecto de otras lenguas del Estado español: solo podía publicarse en castellano). De ahí que no pocos escritores decidieron emigrar a un prolongado exilio.

Y es que con la lengua van imbricados muchos otros asuntos, como la cultura y la identidad nacional. Estando prohibida la cultura catalana, es indudable que los propios catalanes persistieran en una inagotable y ¿silente? rebelión. Sus intelectuales, entre otros. Los más conocidos fueron acosados, poetas incluidos. No se sometieron dócilmente a las imposiciones de un Estado como el del General Franco, las Fuerzas Armadas, y  las  aristocracias laica y religiosa. Con prohibición y más, la vida y la literatura, también en este caso, continuaron.

Entre los jóvenes escritores que empiezan a publicar poco antes del estallido de la guerra civil, está uno de espíritu solitario, pararreligioso e insular: Fotografía del poetaBartomeu Roselló-Pòrcel (1913-1938). Nació en Palma de Mallorca, una de las islas Baleares1. Estudió en la Universidad de Barcelona, y participó activamente en organizaciones estudiantiles. Se licenció en Literatura Románica, con Premio Extraordinario. Era políglota y gran lector. Según su amigo, el poeta Salvador Espriú, entre sus autores predilectos figuraban Pound, Huxley, Rilke, Pío Baroja y Thomas Mann. Y agrega que «nunca fue altivo ni pretencioso, sino sencillo, de risa fácil, cordial, abierto, de auténtica bondad». Una personalidad democrática, en suma.

Roselló-Pòrcel murió joven, de tuberculosis. Murió desconocido.

Él integra esa generación de escritores y artistas que, debido a la posguerra española, deben aplazar por quince o veinte años su consolidación en España. Por eso, algunos llaman «generación perdida» a este conjunto. Término harto discutible: nada se pierde del todo, menos en la creación poética.

Lo cierto es que el exilio de unos, y la temprana muerte de otros —como Roselló-Pòrcel—, posponen la presencia cultural de estos creadores.

El caso de Roselló-Pòrcel se ve agravado porque se trata de un escritor que no empató con las demandas de la sociedad española de entonces. Como bien afirma el escritor José Agustín Goytisolo, «ni la temática ni el tono de Roselló-Pòrcel se adaptaban a las demandas emocionales de la posguerra; y la conciencia cultural catalana no estaba para objetividades. Es decir, para determinar el valor de Roselló-Pòrcel dentro de la lógica interna y progresista de una poética».

La poesía de este joven escritor no encarnó la postura cívica que entonces se demandaba del intelectual. Sin embargo, ello no le impide culminar un libro —editado póstumamente— inspirado en la guerra civil: Imitació del Foc (1938), «Imitación del Fuego». En su peculiar estilo, próximo al simbolismo francés, con una voz poética de tono profético y actitud purificadora, entrega un conjunto final de 30 poemas que desde ya lo hacen destacar, al romántico o maldito modo, en la interesante poesía catalana. Es conocido su poema «A Mallorca, durante la guerra civil», donde se sitúa en uno de esos latentes escenarios bélicos que algunos no consiguen ni desean olvidar. Aquí expresa, de modo dramático, el irrenunciable amor a su pueblo y a la tierra. Escuchemos:

A Mallorca durant la guerra civil

A Mallorca durante la guerra civil

Verdegen encara aquells camps
i duren aquelles arbredes
i damunt del mateixatzur
es retallen les meves muntanyes.
Allí les pedres invoquen sempre
la pluja difícil, la pluja blava
que ve de tu, cadena clara,
serra, plaer, claror meva!
Sóc avar de la llum que em resta dinsels  ulls
i que em fa tremolar quan et recordo!
Ara els jardins hi són com músiques
i em torben , em fatiguen com en un tedi lent.
El cor de la tardor ja s'hi marceix,
Concertat amb fumeres delicades.
I les herbes es cremen a turons
de cacera, entre somnis de setembre
i borres entintades de capvespre.

Tota la meva vida es lliga a tu,
com en la nit les flames a la fosca.

Aquellos campos aún verdean,
Siguen aquellas arboledas
y contra el mismo cielo azul
aún se recortan mis montañas.
Allí las piedras invocan siempre
a la lluvia difícil y azulada
que de ti viene, alba cadena,
sierra, placer, claridad mía.
¡ Avaro de la luz que me resta en los ojos
y que me hace temblar al recordarte!
Ahora los jardines están allí cual músicas
y me turban, fatigan como en un tedio lento.
Ya el corazón de otoño se marchita,
Concertado con finas humaredas.
Y las hierbas se queman en colinas
de caza, entre los sueños de septiembre
y nieblas entintadas de crepúsculo.

Toda mi vida está ligada a ti,
cual de noche las llamas a la sombra.

Bartomeu Rosselló-Pòrcel, en la parte II. Rosa secreta, de su libro de poesías Imitació del foc («Imitación del fuego»).

 

Otros poemas

Lluny del record oprimies

Lejos del recuerdo oprimes

Lluny del record oprimies
la paraula dolça i clara.

Una muralla bri1lant
cenyeix les illes del somni.

Mira només davant teu
quina faula de silencis,
quantes campanes de lluny
i quants murs de sol de tarda.

Agonia de camins,
ombra esparsa de delícia.
Ardidesa de l'esguard
sobre un mar poruc d'onades.
Primer terme de jardins,
suau conjura florida.

Lejos del recuerdo oprimes
la palabra dulce y clara.

Una muralla brillante
ciñe las islas del sueño.

Mira, sólo frente a ti,
qué fábula de silencios,
cuantas campanas remotas
y muros de sol de tarde.

Agonía de caminos,
sombra esparcida del gozo.
Osadía en la mirada
sobre un mar miedoso de olas.
Primer plano de jardines,
suave conjura florida.

Bartomeu Rosselló-Pòrcel, del libro de poesías Quadern de Sonets («Cuaderno de sonetos»).

Boira del dubte

Niebla de duda

Boira del dubte, flama en l'extingit
fogar de cendres i records malmesos,
fosca de fosques, fosca d'una nit
feta d'ombres de llàgrimes i besos.

Que es defineixi aquell confí adormit,
roca d'incertituds, en els estesos
grisos dels horitzons, etern neguit
davant la casa dels balcons encesos.

Obrin-se, raig de mots, les boques mudes
—les flors més amagades són descloses—,
finint turments i deslligant cadenes,

delicadeses de cristall rompudes,
sorpresa de la serp entre les roses,
esmaragda en el fang, aigua entre arenes.

Niebla de duda, llama de lo extinto,
lar de ceniza y pálidos recuerdos,
oscuridad de oscuridades, noche
toda sombras de lágrimas y besos.

Que se defina aquel confín dormido,
roca de incertidumbre, en los extensos
grises del horizonte, angustia frente
a la mansión de balcones fulgiendo.

Abrir, racha de voz, bocas calladas
—se entreabren las flores más miedosas—,
tormentos fuera y rómpanse cadenas,

delicadezas de cristal quebradas,
sorpresa de la sierpe entre las rosas,
esmeralda en el fango, agua entre arenas.

Bartomeu Rosselló-Pòrcel, del libro de poesías Quadern de Sonets («Cuaderno de sonetos»).

* * *


© 2003, César Ángeles L.
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Para citar este documento:
Ángeles L., César: «Cataluña y sus poetas: Bartomeu Roselló-Pòrcel», en Ciberayllu [en línea]


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